Tú, Cenicienta… yo, la calabaza
Eres la pregunta
a las respuestas de mi cabeza.
Eres Cenicienta y
yo seré la calabaza.
Cuando retintinees
en mis pensamientos, a golpe de maza,
repiquetearán, las
campanas de las doce, y desaparecerás entre la maleza.
Mi mirada se
difuminará, buscándote con tibieza,
mientras, te observaré,
desorientada, paseando por tu plaza.
Garabatearé tu
silueta, en papel de estraza,
donde te proyectaré,
para que mis ojos te atrapen, con mayor destreza.
Sin levantar
sospecha, te harás puzle de una pieza
y te diluirás
deprisa, como en verano, la melaza,
en donde te
perseguiré nadando, a empujones de firmeza.
Sin darme cuenta,
mi abstracción se disipará, al perder tu aspereza.
Sin quererlo, te expresaré,
fruto de una lengua que se desembaraza.
Tú serás Cenicienta y yo seré la calabaza, después de, con valor, combatir esta pereza.
Vidda Rrobada
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