Miedo
Miedo inculcado
desde pequeño...
miedo que viene
insertado, sin requerirlo,
desde nuestros
ancestros.
¡Miedo, miedo,
miedo…!
medida de
coerción de los opulentos.
Pautas marcadas
desde que naces.
Descontrolado
impulso que hace
que, el control
de la vida se (des)arme,
a través, de lo incontrolable.
a través, de lo incontrolable.
Incontrolable es
el miedo...
autogestión necesitaría
en las emociones que tenemos.
Miedo sentido en
el cuerpo,
cuando la dominación
empieza por nuestro cerebro.
Ya no hacen falta
latigazos en la espalda…
ahora son, en la
mente, sutiles golpes de palabras.
Palabras
machacadas
hasta la
saciedad,
hasta que nos den
arcadas,
que actúan para
someter,
mediante
chantajes, coacciones y amenazas.
El miedo es un
instrumento fraudulento:
es perverso
porque todos sabemos tocarlo,
aunque, a veces, se
nos escape de las manos.
Es un instrumento
de cuerda…
de la cuerda que,
a veces, nos ponemos alrededor del cuello,
y resoplamos (instrumento
de viento con el que nos ahogamos).
El miedo actúa
como percusión…
golpeando, al que
creemos tener por debajo nuestro,
y le causamos humillación.
Es eléctrico,
como una tormenta
que, con un rayo,
traspasa un sumiso corazón.
El miedo es
nuestra peor traición:
hace con nosotros
lo que quiere
aunque nos
resistamos.
Él, tiene el
control…
y nosotros, solo,
le rendimos sumisión…
y, sin razón, sus
dictados, acatamos…
estando a su
entera disposición.
El miedo,
monstruo insaciable,
que nos atemoriza…
creciendo y creciendo,
a base, de nuestra
incontrolable retroalimentación.
Vidda Rrobada
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario