Montañas



Montañas de turbación, confusión, aturdimiento...
que me anunciaban un cierto temor,
que, sin saber la razón,
se rellenaban de, un imborrable, sufrimiento.

Montañas de apocamiento, pavor, retraimiento...
solidificadas, con cemento, grava y arena,
mezcladas, con agua, castigo y pena,
sustentaban mi rubor, de hormigón, interno.

Montañas, desde las que, estando sumido,
en las que, estando subido, 
en el horizonte, esperaba ver
el ocaso de mi timidez,
que me tenía constreñido.

Pero, montañas, más grandes, he movido,
y, a base de pala y martillo,
destruirlas he conseguido.
Se apuntalaban con descarada vergüenza, oponiendo resistencia…
y yo, con persistencia, las he desvanecido.

Montañas de desaliento que he abatido,
con un dedo apretando el gatillo,
con pala y martillo,
hasta conseguir demoler a ese monstruo que, en mí, estaba aprehendido.


Vida RRobada


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