Y tus nervios me hicieron sentir
Y tus nervios me hicieron sentir...
Y tu voz entrecortada,
mecía de entusiasmo.
Y yo dormí,
entre tanto,
entre oníricos cantos de sirena
que, de forma ilusoria,
se iban acercando.
Y te reconocí en la maraña
que envolvía mi savia,
que se acercaba y no me dejaba
dar ni unos pasos.
Y serví a mi karma…
y me puse en sus manos,
para decirte entre gozos,
que te deseo y te invoco…
que, entre mis sueños, te llamo…
y que, en sí, te reclamo…
que debemos encontrarnos,
entre sabores y tactos…
que, de ti, inhalo las flores tatuadas
en tu hombro,
que, con olores vertiginosos,
mi nariz recorre, entre montañas y
llanos...
que asciendo, con mi boca y mi
lengua,
el monte de venus que se camufla,
sin resistencia, en el centro de tu
esencia.
Y comprobé que el monte, se hizo
volcán,
desprendiendo una deliciosa lava de
humedad,
que mojaba mi tegumento, necesitado de
toda su densidad.
Y, así, relamiéndome en la cima de
tu clímax,
me relajo observando,
las estrellas que, en tu rostro se
quedan,
sin más, sonriendo y brillando.
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