A miles de kilómetros, en el mismo lugar


Aunque, a miles de kilómetros estoy,
sigo aún suspendido en el mismo lugar,
sin saber donde estoy, ni en donde debo estar.
Me instalo en el limbo, entre el ayer y el hoy,

espacio-temporal, al que desterrado voy.
¿Por qué fui un rey, el cual debió abdicar
de su reino y su estado y de su humilde hogar?
Sustento un cetro del que dueño ya no soy.

En ello, el tiempo se me va sin quererlo,
esclavo de ese mundo creado en la consciencia
de mi existir, en donde ser quien soy, sin serlo.

¿Cómo se habrá creado esa extraña incoherencia?
Mi metafísica aparente habrá de aprehenderlo,
entre las luces y las sobras de la experiencia.
Vidda@rrobada

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