Cautivo


Viajes banales dentro de un espacio cautivo.
En movimientos circulares me siento airado,
entre las cuatro mismas paredes del cuadrado,
de un lado al otro, con un desplazamiento adictivo.

Y aunque, ya, el aliento me desboca, sigo activo,
y me persigo sabiendo que soy un condenado
que, paso a paso, recorre su camino errado,
señalado con un angustioso distintivo.

Y existo constreñido entre pervertidos muros,
muros construidos entre lo real y lo ficticio
que se separan, temiendo momentos muy duros

recorridos a lo largo y ancho del precipicio
al que me proyecto, en estos tiempos oscuros,
sin encontrar la salida por ningún resquicio.

vidda@rrobada

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