Cuerpos sin almas.
Entre
medias de los lúgubres campos,
cuerpos
sin almas sospechan la nada,
su
única voz es mudo silencio.
La
putrefacción echa su jornada,
pone
el freno a la razón de existir,
que
deviene en imaginario gótico,
y
dejará de dar sus campanadas.
Ha sido extinguido su reloj biológico.
Ha sido extinguido su reloj biológico.
Su
sueño tiende a ser gélido y neutro,
se harán eternos sus anocheceres…
se harán eternos sus anocheceres…
perdió
la consciencia del ser unívoco
que,
del todo, era… que padecía,
entre
penas y alegrías, amor…
odio…
resignación… indignación…
en
definitiva, la propia vida.
vidda@rrobada
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