Calcetín pajillero

Raro, raro, raro…

Soy ese, al que le dicen; raro, raro, raro, raro, raro, raro …

Yo soy;

1.      Ese que, espera en la parada de autobús, me enciendo un cigarro y viene el autobús

2.      Ese que dice; “tener cuidado donde pisáis”, según lo digo me caigo

3.      Ese que, va a dejar el abrigo en el perchero y, ese día, el perchero decide desmontarse después de 20 años de existencia y ningún percance

4.       Soy ese, contando una desgracia y l@s amig@s se descojonan de risa…

Una vez estaba, pues eso, ya saben… me da vergüenza, aquí delante de tod@s hablar de pajas. Vamos, me estaba pajeando con “funda de ganchillo”, la técnica del calcetín, (vaya, somos muchos los que utilizamos esta técnica, ¿se han reído?) sonó el timbre de la puerta, me levante con mucha energía (silencio y cara de circunstancias), eran los testigos de Jehová, con la palabra de Dios.

A partir, de ese momento, tengo una norma inamovible, si no espero a nadie, no abro. A mi, no me pillan más con el calcetín puesto.

Lo ven… también se ríen de mis desgracias…

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