Poema sobre el acompañamiento terapéutico ( Héctor J. Valenzuela Mendívil)
Solo te puedo acompañar
Desde mi propio camino
Sin forzar tú paso ni alterar tu destino.
Solo te puedo acompañar
Con el distante y cercano apoyo
De mi silente presencia.
Apoyando tu búsqueda, acrecentando la ciencia
De tu ser irrepetible, de tu infinita conciencia.
Solo te puedo acompañar
Con la honestidad de mi búsqueda no concluida,
Sin hollar tu camino, sin suprimir tú esfuerzo
Ni abreviar la distancia de tu propio sendero.
Dejando que tú seas el único protagonista
De la trama que brota misteriosa y multiforme
De la fuente inagotable de tu alma.
Solo te puedo acompañar respetando tu historia.
Por eso, nunca seré ni tu salvador, ni tu mesías,
Ni tu estrella: únicamente, tu hermano,
Que camina a tu lado,
Sin contaminar tu búsqueda con mí retraso.
Te acompaño en la libertad y en el respeto,
Queriendo que tú seas tú propio modelo,
Tú, el artesano que forja el acero de tu
espíritu.
No cantaré tu canto ni borraré tu huella.
Simplemente, cuando estés cansado,
Te ofreceré mi mano, te indicaré tu estrella,
Y sabrás que camino a tu lado.
Héctor J.
Valenzuela Mendívil
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